sábado, 29 de mayo de 2010

CICLO CARBONICO BIOLOGICO






El ciclo biológico del carbono es relativamente rápido: se estima que la renovación del carbono atmosférico ocurre cada 20 años. En ausencia de la influencia antropogénica (causada por el hombre), en el ciclo biológico existen tres depósitos o “stocks”: terrestre (20000 Gt), atmósfera (750 Gt) y océanos (40000 Gt). Este ciclo desempeña un papel importante en los flujos de carbono entre los diversos depósitos, a través de los procesos de fotosíntesis y respiración. Mediante la fotosíntesis, las plantas absorben la energía solar y el CO2 de la atmósfera, produciendo oxígeno e hidratos de carbono (azúcares como la glucosa), que sirven de base para el crecimiento de las plantas. Los animales y las plantas utilizan los hidratos de carbono en el proceso de respiración, usando la energía contenida en los hidratos de carbono y emitiendo CO2. Junto con la descomposición orgánica (forma de respiración de las bacterias y hongos), la respiración devuelve el carbono, biológicamente fijado en los reservorios terrestres (los tejidos de biota, el permafrost del suelo y la turba), a la atmósfera. Las ecuaciones químicas que rigen estos dos procesos son: Fotosíntesis: 6CO2 + 6H2EL + energía (luz solar) -> C6H12O6 + 6O2Respiración: C6H12O6 (materia orgánica) + 6O2 -> 6CO2 + 6 H2EL + energía. Es posible verificar que el mayor cambio entre el depósito terrestre y el atmosférico resulta de los procesos de fotosíntesis y respiración. Los días de primavera y verano, las plantas absorben luz solar y CO2 de la atmósfera y, paralelamente, los animales, plantas y microbios, a través de la respiración, devuelven el CO2. Cuando la temperatura o la humedad es mucho más baja, por ejemplo en invierno o en los desiertos, la fotosíntesis y la respiración se reduce o cesa, así como el flujo de carbono entre la superficie terrestre y la atmósfera. Debido a la declinación de la Tierra y a la desigual distribución de la vegetación en los hemisferios, existe una flotación a lo largo del año que es visible en los diversos gráficos de variación de concentración anual del CO2, como por ejemplo en la curva de Keeling. En 1958, el científico Charles David Keeling (oceanógrafo del Scripps Institute of Oceanography), puso en marcha una serie de experiencias en el monte Mauna Loa, Hawái, que le permitieron medir, con bastante precisión, la concentración de CO2 en la atmósfera .A pesar de que el reservorio atmosférico de carbono es el menor de los tres (con cerca de 750 Gt de carbono), este depósito determina la concentración de CO2 en la atmósfera, cuya concentración puede influenciar el clima terrestre. Además, los flujos anuales entre la reserva atmosférica y las otras dos reservas (océanos y terrestre) son muy sensibles a los cambios. Los océanos representan el mayor depósito de los tres, cincuenta veces mayor que la reversa atmosférica. Existen traspasos entre estos dos depósitos a través de procesos químicos que establecen un equilibrio entre las capas superficiales de los océanos y las concentraciones en el aire superficial. La cantidad de CO2 que el océano absorbe depende de la temperatura del mismo y de la concentración ya presente. Temperaturas bajas de la superficie del océano potencian una mayor absorción del CO2 atmosférico, mientras que temperaturas más cálidas pueden causar la emisión de CO2.Los flujos, sin interferencias antropogénicas, son aproximadamente equivalentes, con una lenta variación a escala geológica. La vida en los océanos consume grandes cantidades de CO2, pero el ciclo entre la fotosíntesis y la respiración se desarrolla mucho más rápidamente. . espero y sea de su agrado mi informacion atte :DIANA IVETH HERNANDEZ MATEOS IV "C ".

CICLO CARBONICO BIOLOGICO

jueves, 27 de mayo de 2010

Algunas imagenes del Ciclo Carbonico Biologico









Su amigo Cristian Giovanni Huerta Torralba 4º C

Ciclo Carbonico



CICLO CARBONICO






El carbón es el cuarto elemento de mayor abundancia en el universo y es absolutamente esencial a la vida terrestre. En realidad, el carbón constituye la definición propia de vida y su presencia o ausencia ayuda a definir si una molécula es considerada orgánica o inorgánica. Cada organismo sobre la Tierra necesita del carbón ya sea para su estructura, su energía, o en el caso de los humanos, para ambos. Descontando el agua, somos mitad carbón. Además, el carbón se encuentra en formas tan diversas como en el gas de dióxido de carbón (CO2), y en sólidos como la caliza (CaCO3), la madera, plástico, diamantes y grafito.







En sus diferentes formas, el movimiento del carbón en la atmósfera, océanos, biosfera, y geoesfera está descrito en el ciclo carbónico (SE MUESTRA EN EL DIBUJO). Este ciclo consiste de varios bancos de almacenamiento de carbón (texto negro) y los procesos por los cuales varias de estos bancos o mantos intercambian carbón (las flechas moradas y los números). Si la cantidad de carbón que penetra en un manto es mayor de la que sale, el manto está considerado un pozo neto de carbón. Si la cantidad de carbón que sale de un manto es mayor de la que entra, el manto está considerado una fuente neta de carbón.







Dibujo. Una caricatura del ciclo global carbónico. Los mantos(en negro) son gigatoneladas (1Gt = 1x109 Toneladas) de carbón. Los flujos (en morado) son Gt de carbón por año.






El Ciclo Carbónico Biológico:



La biología ocupa un importante papel en el movimiento del carbón entre la tierra, océano y atmósfera a través del proceso de fotosíntesis y respiración. Virtualmente toda la vida multicelular en la Tierra depende de la producción de azúcares de la luz solar y del dióxido de carbón (fotosíntesis) y del desgaste metabólico (respiración) de esos azúcares para producir la energía necesaria para el movimiento, crecimiento y reproducción. Las plantas toman el dióxido de carbón (CO2) de la atmósfera durante la fotosíntesis y sueltan el CO2 a la naturaleza durante la respiración a través de las siguientes reacciones químicas:



Respiración:
C6H12O6 (materia orgánica) + 6O2
6CO2 + 6 H2O + energía



Fotosíntesis:
energía (luz solar) + 6CO2 + H2O
C6H12O6 + 6O2



A través de la fotosíntesis, las plantas verdes usan la energía solar para convertir el dióxido de carbón atmosférico en carbohidratos (azúcares). Las plantas y los animales usan estos carbohidratos (y otros productos derivados de estos) a través de un proceso llamado respiración, el reverso de la fotosíntesis. La respiración suelta la energía contenida en los azúcares para uso del metabolismo y cambia el "combustible" que es el carbohidrato en dióxido de carbón. Éste, a su vez, retorna a la atmósfera. Cada año, la cantidad de carbón tomada por la fotosíntesis y retornada a la atmósfera por la respiración es aproximadamente 1,000 veces mayor que la cantidad de carbón que se mueve a través del ciclo geológico en un año.



En la superficie de la tierra, el mayor intercambio de carbón con la atmósfera resulta de la fotosíntesis y de la respiración. Durante el día, en la estación de crecimiento, las hojas absorben la luz solar y toman dióxido de carbón de la atmósfera. A su vez, las plantas, los animales y los microbios del suelo consumen el carbón en materia orgánica y retornan el dióxido de carbón a la atmósfera. La fotosíntesis cesa en la noche cuando el sol no puede proveer la energía motriz para la reacción. Sin embargo, la respiración continúa. Este tipo de diferencia entre estos dos procesos está reflejado en los cambios de estación en las concentraciones atmosféricas del CO2. Durante el invierno, en el hemisferio norte, la fotosíntesis cesa cuando muchas de las plantas pierden sus hojas, pero la respiración continua. Esta condición lleva a un aumento en las concentraciones atmosféricas del CO2 durante le invierno, en el hemisferio norte.






En los océanos, los fitoplánctones (plantas marinas microscópicas que forman la base de la cadena alimenticia marina) usan carbón para producir conchas de carbonato de calcio (CaCO3). Estas conchas se asientan en el fondo del océano cuando los fitoplánctones mueren y se entierran en los sedimentos. Cuando se entierran, las conchas de fitoplánctones y otras criaturas pueden comprimirse a medida que pasa el tiempo y eventualmente se pueden transformar en caliza. Además, en ciertas condiciones geológicas, la materia orgánica puede ser enterrada y con el paso del tiempo formar depósitos de carbón que contienen combustible de carbón y petróleo. La materia orgánica que no contiene calcio, es la que se transforma en combustible fósil. Ambas formaciones, de caliza y de combustible fósil, son procesos biológicos controlados y representan hoyos de largo plazo para el CO2 atmosférico.


Bueno Esto es todo por el momento nos vemos en la proxima.. Su amigo Cristian Giovanni Huerta Torralba 4º C

viernes, 14 de mayo de 2010

PERDIDA DE LA MATERIA.

¿EN QUÉ CONSISTE?

La materia orgánica del suelo está formada por todos los organismos vivos del suelo y por los restos de organismos muertos en diversos estadios de descomposición. El contenido de carbono orgánico de un suelo está compuesto por una mezcla heterogénea de sustancias simples y complejas que contienen carbono. Las fuentes de materia orgánica son los residuos de cultivos, abono animal y verde, compost y otros materiales orgánicos. La pérdida de materia orgánica obedece a la menor presencia de organismos en descomposición o un aumento de la descomposición como resultado de modificaciones en factores naturales o antropogénicos. La materia orgánica es un componente esencial de un suelo sano; la pérdida de materia orgánica da lugar a suelos degradados.


¿POR QUÉ SON IMPORTANTES LA MATERIA ORGÁNICA Y EL CARBONO DEL SUELO?

La materia orgánica del suelo es una fuente de alimentos para la fauna del suelo y contribuye a la biodiversidad del suelo actuando como depósito de nutrientes del suelo tales como nitrógeno, fósforo y azufre; de hecho, es el elemento más importante para la fertilidad del suelo. El carbono orgánico del suelo incide en la estructura del suelo y mejora el entorno físico, lo que hace que las raíces penetren con mayor facilidad.

La materia orgánica absorbe agua (puede retener hasta seis veces su peso en agua), por lo que es vital para la vegetación en suelos naturalmente secos y arenosos. Los suelos que contienen materia orgánica tienen una buena estructura que mejora la infiltración del agua y reduce la exposición a la compactación, la erosión, la desertificación y los corrimientos de tierras.

A escala mundial, los suelos contienen alrededor de dos veces más de carbono que la atmósfera y tres veces más que la vegetación. Los suelos de Europa representan un sumidero enorme de carbono orgánico, cifrado en unos 75 000 millones de toneladas. Cuando disminuye la materia orgánica del suelo, se libera dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera y, cuando aumenta, se absorbe CO2 de la atmósfera.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA PÉRDIDA DE MATERIA ORGÁNICA?

El contenido de carbono orgánico del suelo depende principalmente del clima, la textura del suelo, la hidrología, el manejo de las tierras y la vegetación.

Clima.

La materia orgánica disminuye más rápido cuanta más alta es la temperatura, de tal forma que, en los climas más calurosos, los suelos suelen tener menos materia orgánica que en los climas más fríos.


Textura del suelo.

Aireación y la presencia de oxígeno acelera la descomposición de la materia orgánica.

Hidrología (drenaje) En general, los suelos de textura fina tienen más materia orgánica que los de textura gruesa y retienen mejor los nutrientes y el agua, por lo que reúnen buenas condiciones para el crecimiento vegetal. Los suelos de textura gruesa se caracterizan por una mejor

Cuanto más húmedo sea un suelo, menos oxígeno hay para los procesos de descomposición de la materia orgánica, que se acumula.

Manejo de las tierras (laboreo).

El laboreo aumenta el volumen de oxígeno en el suelo e incrementa la temperatura media de éste, lo que estimula la descomposición de la materia orgánica. También se produce pérdida de materia orgánica debido a la erosión, que reduce la capa superficial arable y el humus. En general, los cultivos aportan menos materia orgánica al suelo que la vegetación nativa.


Vegetación.

Las raíces aportan mucha materia orgánica al suelo. Las plantas de prados y pastizales tienen raíces profundas que se descomponen dentro del suelo. En los suelos forestales, en cambio, es la descomposición de las hojas la que aporta al suelo la mayor parte de la materia orgánica. Los cultivos producen más biomasa aérea que las raíces. La producción de materia orgánica en las tierras de labor depende del tipo de manejo de las tierras y, en particular, de si se retiran o dejan los rastrojos.

COMPAÑEROS ESPERO Y LES HAYA AGRADADO E INTERESADO LA INFORMACIÓN QUE LES PROPORCIONE, NOS VEMOS HASTA LA PRÓXIMA SE DESPIDE DE USTEDES SU COMPAÑERA LIDIA DEL CARMEN MARTINEZ CASTILLO DEL 4º "C".